miércoles, 3 de marzo de 2010

Nos quedan...600 días

Según Nostradamus cuando el 2012 llegue, el mundo tal como lo conocemos desaparecerá. No es que sea muy dada a creer en este tipo de adivinaciones, pero si que es cierto que siempre llamaron mi atención. Hasta hace bien poco me divertía pensando en la mente de este tipo, porque se asemeja en demasía a todas las mentes de farloperos y pastilleros que pululan entre nosotros. Sólo que a este le dió por escribir y dejar plasmados todos sus más íntimos pensamientos. Pero con lo que más me divierto es con toda la parafernalia que se ha montado a su alrededor. Grupos de expertos de todos los países concentrados en averiguar las claves de sus predicciones. Un halo de misterio envolviendo su vida, su pobre y mísera vida de yonki venido a menos. Os imaginais que dentro de 300 años alguién, por casualidad, encontrase el diario secreto de Alvaro de Marichalar; no quiero imaginarme al grupo de expertos analizando sus viajes alrededor del mundo y el oscuro impulso que lo llevaba a arriesgar su vida de tal manera. Es que me parto de risa, y no puedo evitar el volver a pensar en el pobre de Nostradamus. Porque estos días por desgracia para el mundo y afortunadamente para ellos, las señales de que el fin del mundo está próximo han hecho aparición: el terremoto de Haití, la ciclogénesis perfecta, otro terremoto en Chile con tsunami incluido. Y a pesar de que científicamente hay una explicación coherente para todos y cada uno de estos sucesos, de pronto han surgido algunas voces que ven en todo ello el comienzo del fin...supongo también que en el Vaticano habrán desempolvado la alfombra roja para dar la bienvenida a los jinetes del Apocalipsis. Señores esto se va a pique, pues si, puede ser. Creo recordar que así ha sido desde siempre. Es la evolución. Porque la Tierra es un ser vivo que también evoluciona, o eso quiero pensar, porque me viene muy mal que sólo me queden 600 días.

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