lunes, 3 de septiembre de 2012

Todo o Nada




Las ganas de quién busca y no encuentra,
la espera del sexo, que late, por el verbo no pronunciado,
la infamia de los besos truncados
convertida en cuchilla afilada que sesga al pensamiento
y al semen que jamás será derramado.

La desintegración carnal en átomo sudoroso,
torpedeado contra el reloj enjaulado, será
el desdén, la punzada, la candorosa y ficticia calma;
y llegada la hora en la que un fa menor nos envuelva el alma,
atravesará la luz esa materia gris emponzoñada.

No hay futuro para la gota de vino sin un cristal que le dé abrigo,
y la esperanza convertida en cuento chino
vacia su bolsillo por algo de cariño.
Sin duda no somos más que otra arena en el desierto,
un todo o una nada dependientes del viento que nos mueva.

jueves, 28 de junio de 2012

Entre el clavo y el lino

Enferma de mañanas y tardes extrañas,
la carne se vuelta verbo febril y dolo.
Aúlla el lobo en estas noches que paren mis ventanas,
a esa luna baldía de carácter propio.
Anestesiada de mentes, demente es otra opción,
no volverá a perderse Babilonia, esa es la razón.
Desgarra la bestia los ojos y te susurra al oído
mientras fluye su saliva y ahoga tu grito.
Apuro el tic.tac en cada sorbo,
sabe la luz quien vencerá la carrera,
siempre hay un escollo, algún estorbo,
y aún así la oscuridad llegará la primera.
Reina negra con un tablero por reino,
no juego, yo lucho para restablecer lo perdido.
Entre cruces y caminos, entre el clavo y el lino,
soy la lanza en el costado que reta al desatino.

jueves, 3 de mayo de 2012

Poesía difusa

Anochece...

No consuela el llanto de las noches de ira
y el barro se pega al alma
enquistando la retina.
Con el orgullo en una mano, la idea se aferra al bolsillo
como Ícaro a sus alas en vuelo ficticio.
Duérmete pronto que he venido a soñarte,
a inventar el letargo de un segundo,
a rellenar hojas en blanco en el perfecto instante.
Ahora soy nube encriptada
de cielos enladrillados,
que fluye entre brisa y tornado
esquivando al fracaso en cada esquina,
renaciendo a un paso del abismo.
Duérmete pronto y engendraré tus ojos
del reloj del pasado perdido,
en este espacio intercalado de tiempos no vividos;
mientras de esta garganta seca
brota el sonido de la piel desnuda y fría.
A mis pies colinas de cemento que acechan,
valles espectantes bajo los focos,
y el hedor del miedo en mis tripas
que atrae a fantasmas y monstruos.


Amanece...

Se evapora el rocío encarnado
y las luces rojas atraviesan el orto
disparando margaritas en herida abierta.
Ennegrecida alma, en la que descansa mi pluma,
que inunda el silencio del oído callado,
donde tinta y emoción preceden al sigue y suma.
Soy pincel raído en el óleo del insulto ajeno,
otro paria más, allá donde me encuentre.
Preñada de ríos y flores de papel
anclo mi drama a una cruz de madera
y con mi epitafio reto al que no lucha,
muerto yacente sin palabra ni excusa.
Se hace noche mi día
y tupe mi vista el bosque.
Enmarañado el polvo en la encrucijada
de lobo solitario y triste,
es el verbo lisonjero y leve
el encargado de darme muerte.

Anochece...

viernes, 13 de abril de 2012

Drama


Otra fría mañana y la estupidez humana
disparando a quemarropa en mi nuca.
Engendro oscuridad en cuánto mis pies pisan el suelo,
con la luz opaca que emanan los ojos del ciego.
Demasiado bonito para ser cierto,
el caos y el orden ya no existen para el que yace muerto.
Sólo quedan las sombras estampadas en la piedra
mientras la fragancia del miedo adorna vuestro cuello.
Ya no sirven las cruces de antaño y la sangre en la cuneta
no consuela el deseo.
Otra fría mañana, el corazón helado
y el iris incendiado en la comisura de tus labios.
Taciturnas se han vuelto las ideas, parca la palabra
y la metáfora seca al viento como la legaña que atasca y pudre.
Quizá en algún momento creiste haberme visto,
pero ese ojo que cree ver, también se engaña y miente.
Me deslizo entre tus dedos como la niebla en la mañana,
y al salir el sol, en tu cabeza, imagen proyectada de un puzzle.
Otra fría mañana, sigue durmiendo, yace muerto,
soy esa aparición mariana, un holograma,
un espejismo en el desierto, esa pequeña parcela de cielo
que maquilla vida y drama.
Pintaré corcheas en el pentagrama en blanco que habita tras tu frente,
usaré como pincel ese alma arrugada que se esconde en el bolsillo
y cuando en lo alto del cielo la luna llena brille,
 seguirás viendo el dedo que señala.
Otra mañana, y el frío que lo detiene todo,
que encoge los miembros, que hace transitable el charco,
ahora es veneno en mi boca, ira encendida
que navega entre la cava y la aorta.
Serán mis palabras en tu cuerpo ese traje de rey ficticio,
y como sastrecillo valiente perfeccionaré la urdimbre,
serán las costuras las cadenas de las que no podrás librarte
y este hilo tan brillante será un nuevo principio.
Más no será el final, un nuevo drama atenaza
donde el elemento más abundante es la necedad humana.


viernes, 30 de marzo de 2012

No es para ti...


No es para ti, es para mi
cada verso que imagino,
cada palabra que lanzo al viento,
de sangre envuelta en si,
de dolor, de pena y ausencia,
de lágrimas evaporadas en solitario duelo.
Es para mi
la tinta seca, el papel doblado,
el humo del cigarro que sube al cielo,
el miedo, y la cuerda
que agrieta el cuello.
No son para ti
las risas ni las sonrisas,
ni las vetustas raíces,
ni mis pies anclados,
ni los charcos, ni el invierno frío
que mantiene este corazón helado.

No es para ti, es para mi
la margen del camino,
el polvo ensangrentado
luciente en mis rodillas.
El calvario, la cruz, el martirio,
las batallas ganadas y las guerras perdidas.
Es para mi
la ponzoña y el desatino,
las alas cosidas a mi espalda,
las nubes altas
que tapian el agujero.
No son para ti
mis ojos, ni los ósculos olvidados,
ni mi casa, ni el deseo ardiente,
ni el iris empañado por niebla fictia,
ni las luces, ni las sombras
que tienden al infinito.

No es para ti, es para mi
la mentira y el engaño
esta obra, este teatro,
los gritos, la venganza, la espada,
este drama griego pintado en ruinas
mientras la luna me mece en sus brazos.

Es para mi...

domingo, 11 de marzo de 2012

Creí al viento


Creí al viento que escupía palabras a mi oído.
Escribí en la lluvia mi último deseo,
antes de ocupar la zanja que he escogido.
Sigo escudriñando ese horizonte, como aquel que caza,
ocultándome en el bosque de ese armario,
amasando ídolos con pies de barro.
Creí al viento y escalé el pico más alto.
Arañé la tierra con mi último anhelo,
es mi casualidad, otra causalidad del victimismo.
Sigo en busca de lo cierto entre bloques de cemento,
esquivando lo incierto que vive entre losetas,
ignorando al dios en el que no creo.
Creí al viento y cavé mi propia tumba.
Dicté mi epitafio al tiempo
mientras se hundía en mí el frío acero.
Y ahora que sólo soy aire, que soy sólo polvo,
atravesaré esta laguna baldía,
quizá allí encuentre lo que he perdido.

miércoles, 22 de febrero de 2012

Exilio


A veces dejo que correteen las arañas,
permito que tejan esa urdimbre entre lo delicado y lo efímero,
y que sellen mis párpados en esta ceguera escogida.

Aprendí a vivir caminando entre sombras,
a sostener los susurros extraviados que vagan sin dueño,
a callar y a no decir, alimentando engendros y monstruos.

Mientras vuelen libres las alondras me encerraré en una celda,
atraparé cada segundo que desperdicien las princesas,
y será un granito más de este reloj de arena.

Con el tiempo bailando entre mis dedos se deslizarán las dunas,
ante estos pies desnudos que vagan entre nudos y cuerdas,
y se alzará ante mí el cielo y el infierno.

Ya no queda más mentira que exhalar ni verdad que respirar, 
no queda nada que inventar en este mundo de espejos,
que corte este silencio la noche y que se haga el día al hablar.

lunes, 30 de enero de 2012

Demasiados sueños



Anudaré las legañas para tener un punto fijo en el horizonte.
Temo ir a la deriva cuando navego por mis pestañas,
cuando arrecian los vientos de tu mirada
que me empujan y me hieren hasta la muerte.
Resucita la carne y se pudre el alma
en esta cotidianidad de garganta enmudecida,
donde las venas ennegrecidas
se baten a muerte con la tinta derramada.
A veces sueño demasiado...
Me empujan estas nubes,
como las dunas a las ciudades,
contra el mar abandonado.
A veces, si, botella en mano imagino lo prohibido,
en esta ciudad sin ley, sin nombre y sin destino,
que se vende en cualquier sitio,
al que tenga algún céntimo en el bolsillo.
Anudaré los años para que me pese el pasado.
Temo a la pluma que escribe mi futuro,
empapada en este tintero de realidad,
que me abruma con discordia y necedad.
Sentimiento en forma de lanza
fue asestada en el costado.
Ya no sangran las heridas cubiertas de palabras huecas,
enterradas en cementerios, se las llevaron los muertos.
A veces sueño demasiado...
Me levanto del suelo y emigro
donde no me salpique la saliva envilecida,
de cráneos aplastados por lengua viperina.
A veces, si, construyo lo imposible,
castillo de naipes al borde de un tornado,
al fin y al cabo no soy más que otro esclavo
que entre cadenas busca su suerte.

miércoles, 18 de enero de 2012

¡Cómo olvidarme!


¡Cómo olvidarme!
¿Acaso olvida el sol a la luna
cuando se esconde por la noche?
¿Acaso se olvida el mar
de acariciar la arena cuando vuelve?
Duele recordar y acordar que no tienes,
más el peor dolor es olvidar
aquello que sientes.
Y como un brote lechoso
endurecido por sus nervios,
tendemos nuestra cara al sol
en busca del preciado alimento.
Pero inútil el calor
sin una rama que nos sujete.
Fútil existencia en verde
que nos arrastrará hacia el dolor.
¡Cómo olvidarme!
¿Acaso olvida la piel
al aire que estremece sus poros?
¿Acaso olvida la lengua
esa pena que abrasa como la hiel?
Duele resucitar cada mañana tras un ocaso herido,
más el peor dolor es la vida
que se escapa por la retina.
Seré transeúnte por este fino hilo
que une el alpha a la costumbre,
y que al llegar al otro lado del camino
hallará la respuesta al acertijo:
¡Cómo olvidarme!

lunes, 2 de enero de 2012

Otro año más...

Abrí los ojos, y volví a mirar como lo hacía antaño:
con esos ojos de niña que lo tiene todo por descubrir.
Acurrucada en mis brazos, olvidé lo que refleja mi espejo
y dejé salir al otro lado.
Marqué su regreso con las gotas de lluvia que he ido recogiendo estos años,
con las cuerdas que até todos mis sueños,
con la llave oxidada que cerró mis deseos.
Otro año más, pero el mismo propósito de siempre,
y sin embargo, la sonrisa pintada en mi cara me susurra:
esta vez será diferente.
Se me agrandan los ojos como a un niño con zapatos nuevos,
me levanto de un salto, correteo, y de repente,
ya no siento gris el suelo.
Sigo pintando nubes,
saltando al vacío en cada pensamiento,
esperando que otro niño no se muera de hambre.
Amanece otro día, y pienso en ti, que ocultas tu cara,
y en ti que bilipendias, pero sólo por ignorancia;
y pienso en mi: al fin y al cabo, ni tan buena, ni tan mala.
Con la nueva luz recorro la calle, un nuevo muro a cada paso,
un nuevo escollo, otra zancadilla y de nuevo me caigo.
No te preocupes por mi, yo ya no lo hago,
mañana saltaré de nuevo al ruedo
y escribiré otro verso mientras hago que beso el suelo.
Olvidaré los rostros de los que me han olvidado,
apartaré los recuerdos que no pueden ser enterrados
por si necesito recuperarlos.
Amaré como si no tuviese mañana,
y odiaré con la misma fuerza para equilibrar la balanza.
Porque, amigos míos, de eso se trata.
No más magdalenas llorando
sobre posos de café abrumados,
no más guerra, ni más llanto, no más duelo,
no más lides banales, ni desiertos,
ni epopeyas desgarradas que corten, de nuevo, el viento.

domingo, 1 de enero de 2012

El primer día, a primera hora

El primer día, a primera hora,
mientras las primeras nieves pegan contra mi alma,
galopa el talento de tus manos al alba.
Dominan tus dedos el arte de ennudar mi piel,
de invertir mis colores,
de exhalar templados olores.
Se nos hace estrecha la sábana anudada,
que recorremos como locos funambulistas,
apostando lo que nos queda de vida.
A primera hora, el primer día,
mientras la cafetera silba nuestra canción,
anclaré tus caderas a las mías.
Luchando mi lengua por no perderse,
se vuelve pluma y escribe un nuevo verso,
se vuelve deseo y grita al viento.
El sudor encoge el mundo y se nos queda pequeño,
nos alejaremos de esta tierra,
seremos espaldas mojadas en otro cielo.
No hay sitio, no hay lugar para tanto sueño,
sólo donde los demás no llegan
hallaremos nuestro descanso de guerrero.
Profanaremos el Olimpo con nuestros pies desnudos,
allanaremos la morada de tanto dios ficticio,
seremos la llave mágica de las puertas de Pedro.