jueves, 31 de marzo de 2011

Pierdo el tiempo


La nostalgia,
la añoranza
de perder el sentido por una sola mirada,
de intentar mantenerse a flote en la superficie
como el azúcar que irremediablemente se va al fondo.

Los susurros,
los gorjeos
que se escapan de la profundidad de mi ser,
acurrucados y entrelazados
en busca de ese aire obsceno que osa a tocarte.

El anhelo,
los deseos
ardientes y descontrolados
que vagan por esta habitación inerte,
que rebotan como eco sordo dentro de mi mente.

La indiferencia,
el hastío,
el dolor de no sentir el calor,
de saber que aún no es el momento,
que esta por llegar ese eclipse perfecto.

Pierdo el tiempo, se me escapa
huye veloz ante mi sola presencia
y estos sentimientos prestados,
ahora sé... que jamás fueron mios



sábado, 26 de marzo de 2011

Sola


Con el humo que expiran mis labios
se disuelven los deseos, los juramentos
hechos en el calor de tu lecho.
Las palabras se anudaron entonces
como las sábanas que nos dieron cobijo
de la luz de las noches.
Lo eterno se voltará efímero
con el primer rayo de la mañana,
cuando la realidad sea un hecho.

Con los cristales rotos de esta copa
borraré de mi mente tus ojos,
y esos labios que susurraban secretos.
Será el vino, que corre por estas venas,
el que ahora haga palpitar este corazón
náufrago, que viaja sin patria ni bandera.

Con la primera brisa pisaré fuerte este suelo
que se remueve bajo mis pies,
y dejaré que la lujuria me abandone con el primer rocío.
Atenazaré el dolor contra mi pecho
enquistado, por las espinas de este presente vehemente,
que no me da la calma que necesito.


sábado, 19 de marzo de 2011

Pensamiento intransigente


Mientras... el caos que habita en mi mente
se enreda entre las moreras
buscaré entre los extraños
el orden del espejo.

Mientras... la calma de las tinieblas
se pierde entre montañas
buscaré en los caminos
sobrevivir otros demonios.

Mientras... que las moiras jueguen
a tejer nuestro destino
danzaré entre versos nonatos
y soldaditos de plomo.

Mientras... que mantenga las dudas
del descalabro futuro
caminaré en el filo de un cuchillo
malabarismos del abismo.

Mientras... que crezca sobre los muertos, la hiedra
no necesito ningún motivo
esquivo como la luz, escaparé de la dama negra,
y seré otra vez verbo intransitivo.


Mientras... desisto de sentir

esa fría losa que hay en mi
usaré el cincel y el buril
para marcar el camino que he de seguir



jueves, 17 de marzo de 2011

Que detengan el tren


Dije una mañana:
que alguien pare esta máquina, porque quiero apearme.
Que detengan el tren, este no es mi viaje.

Pensé una mañana,
que era bueno hacer un alto en el camino,
pararme a luchar y cambiar el destino.

Decidí esa mañana,
que este mundo no es mio.
Que no es de nadie, y tampoco de ninguno.

Sabía esa mañana,
que seguirán soñando las rosas un nuevo amanecer,
que seguirá el río buscando ese mar para perder.

Escribí aquella mañana,
 letras en la arena, aunque sé que se las llevará el agua,
que se las llevará el viento cuando vuelva.

Lloré una mañana,
al intentar atrapar el sol, y ver que se me escapaba.
Lo intentaré esta noche cuando venga la luna.

Soñé una mañana,
que era una flor de papel sobre la tumba de un soldado
que no quiso bajar del tren.

lunes, 14 de marzo de 2011

Donde nunca pasa nada


Entre títeres y colores, entre besos y flores,
estancada en esta charca
donde nunca pasa nada.
Los matices se pierden, se pierde el rumbo,
y es que soy esa avispa sin aguijón
que ya no puede empezar de cero.
Me da pereza salir huyendo,
organizar este caos
que inunda mi cabeza.
Y mientras pienso en un lugar mejor,
no puedo hablar de amor,
ni de la primavera frustada.
Porque aquí, donde nunca pasa nada
el sol se esconde
tras muros de piedra.
Acaba.
Para.
Nada.
No hay suficiente luz en la mañana,
ni aire, ni vida, ni razón,
donde nunca pasa nada. 

sábado, 12 de marzo de 2011

Palabras en la trinchera


Se oyen disparos en la lejanía,
tras la espuma agitada.
Se oyen gritos, las sirenas callan
mientras ataja el sol la duda.

Exhalaré mi último aliento,
ahogaré los epítetos banales, los inventados,
y mi boca será el viento
que azota esos plácidos campos.

Serán mis brazos y piernas
el único puente transitable;
esa unión umbilical
que mantendrá viva la mente devastada.

Arden estas pupilas ciegas de ira,
se licuan los sentidos,
y las vísceras se anudan en mi garganta
cuando mi lengua se escapa.

Pero nada parará lo imparable,
la luna trajo consigo este cólera
que arraigó en nuestros vientres,
y que se esparce como mala hierba. 

Amparadas en la noche se esconderán mis palabras
refugiadas en estas trincheras
de tintas y noches en blanco,
de pluma y aire viciado.

Siento la fragilidad de este cuerpo volátil
el dolor de las heridas invisibles que surcan mi piel,
el deseo y el anhelo ásperos como la hiel
que envenenan mi sangre.

Siento la guerra, la huelo
la intuyo. la mastico
entre mis dientes,
la sujeto con estos labios sellados.

Se revuelve dentro de mi buscando una salida
pero la aplasto, la contengo
la aprieto en esta hoquedad
hasta que ahogo su grito.

Se oyen disparos, la noche se rompe a gritos,
las sirenas callan, enmudecen los quejidos.
Las lenguas hablan, susurran, cuentan
que las palabras luchan en la trinchera.


miércoles, 9 de marzo de 2011

Se nos va la vida


Y entre el humo de esta tetera
que se enreda en tus horas,
corretean las esperas, tus dudas
las letras que atan mis ansias.

Me pesa el dolor, la rabia
que encadena mis días
a tus ojos claros,
que anuncian tormentas.

Son mis pies, estos pies de barro
que se pierden en tus lágrimas
mientras el humo garabatea
adióses en mi espalda.

Palpitan mis sienes
al calor de tu ira encendida,
pira de letras
que jamás fueron dichas.

Y entre teteras y fuegos,
entre hogueras y silencios
se nos va la vida, 
se nos van los sueños.

viernes, 4 de marzo de 2011

La Mentira

Crece la mentira a nuestro alrededor desde el mismo momento de nuestra concepción y se multiplica en este espacio que ocupamos en el universo. Falacias y engaños que se inventan nuestros padres en los cuentos de medianoche, en esas farsas creadas para dar respuesta a esas preguntas que incomodan. Nos torpedean con bulos en el vecindario, en el trabajo, a cada paso que damos, y en la prensa emanan cortinas de humo que nos hacen saltar las lágrimas. Puro ardid y camelo para llevarnos al terreno deseado, pero entre toda esta chinchorrería y paparrucha nunca faltará aquel que nos diga, ¡creéme que te estoy contando la verdad!
La verdad, esa parte subjetiva de nosotros mismos, que intentamos elevar a objetiva a cualquier precio por que inconscientemente valoramos su ausencia. Tanto, que algunos pondrán todos los medios a su alcance para que creas aquello que está contando. Y a veces, sucede, que crees al sujeto que tan dignamente expone sus opiniones y criterios, pero entonces es el momento de decirle: sé que no me mientes, que no eres de eses que bilipendian, que no calumnias, y que no inventas, pero amigo mio, esto que atestiguas con tu vida no es más que otro infundio, otra mácula que corretea con las nubes, que viaja con ese aire que respiramos hasta que la hacemos nuestra. Y él, estupefacto, pondrá, seguramente, tierra de por medio, y mientras marcha cabizbajo y con las manos en los bolsillos, irá mascullando esa frase traidora de mal amigo, y no podrá hacer otra cosa que pensar que le has mentido.

jueves, 3 de marzo de 2011

Problema!!!!!

Esto de la tecnología es un misterio, al menos para mi. Hoy publiqué una entrada y no deja hacer comentarios, después de devanarme los sesos, he optado por esta solución...si alguien quiere comentar algo sobre "Tengo un sueño" que lo haga aquí.

Siento las molestias.

Gracias.

miércoles, 2 de marzo de 2011

Tengo un sueño


Ayer leyendo los versos de un amigo, comencé a pensar sobre esas cuestiones mundanas, y a priori tan faltas de interés, que normalmente pasamos por alto, porque es tanto el uso y la costumbre que no nos planteamos que las cosas puedan ser de otra manera. Me refiero a escribir, no tanto al modo, me es igual que penséis en la prosa o en el verso, incluso podéis imaginaros cualquier tipo de literatura, buena o mala. El hecho es que las palabras, este vehículo que usamos todos los días para comunicarnos, para amar, para odiar o simplemente para que nuestra voz resuene en una montaña, es cada día con más ímpetu el único arma que nos queda para defendernos de nosotros mismos y de los demás. A pesar de que esto os pueda parecer una perogrullada, el que seamos capaces de transformar todos los sentimientos que nos atraviesan en simples palabras, el poder expresar en un revoltijo de letras la ira y el dolor, revolver conciencias obtusas y ablandar corazones de piedra, no es más que otro mérito de ese verbo que vuela en el aire. Supongo que mentiría si no os dijese, que parte del valor que puedan tener, es impreso por la persona que las escribe. Es cierto, tan cierto como que con estas letras que la mayoría escupimos sin ningún tipo de orden, otros son capaces de hilvanarlas con tanto acierto que, ante ellas, no podemos hacer otra cosa que admirar su belleza.
Sin embargo, esta que escribe, aprendió con los años que la belleza no lo es todo, que es subjetiva, que varía con los tiempos, y con las modas. Que el uso de comparaciones, metáforas y todo ese amplio abanico de útiles del que disponemos no sirve de nada, si no somos capaces de que nuestros pensamientos pervivan en el recuerdo, si no somos capaces de transmitir, ni de hacer sentir.
Hubo un hombre que, una vez, tuvo un sueño, hace mucho tiempo ya. Pero con esas simples palabras movió nuestra quietud, la arrastró con la fuerza que lleva un río. Con cuatro simples palabras, hoy, todos tenemos un sueño.