jueves, 24 de noviembre de 2011

No sentí su frío acero


foto de pink1-30am.blogspot.com

Ahora veo correr la sangre, pero no sentí su frío acero.
No la vi llegar; venía envuelta en hipocresía y sonrisas,
amparada en un gran lazo rojo que maniató mis sentidos.
Atravesó la mañana y entre dulzura alada
flirteo entre las nubes, convirtiéndolas en perpetua niebla,
que cegase estos ojos crédulos y confiados.
No la vi llegar; demasiado entretenida en un lado del camino
recogiendo los pétalos deshojados, demasiado despistada
para entender por qué me fue asestada.
Ahora percibo su olor: miedo.
El hedor nauseabundo que supuran los amilanados,
grabado a fuego en la pituitaria.
Escondida en alguna esquina por mano traicionera,
ya no la delata su fulgor, funda de terciopelo rojo
la mantendrá a buen recaudo.
Ahora veo correr la sangre, pero no sentí su frío acero.
Desgarradas las entrañas se me volvieron pequeñas las manos,
pálida carne trémula que no acertó a saber todos los entresijos.
Venía envuelta en hipocresía y sonrisas,
y atravesó mi mañana con la dulzura alada
del que con cuchillo ardiente arrancará tu alma.
Astuta la mano y astuta la mente creadora,
me concentro en mis entrañas esparcidas en la acera,
y como el chamán leo lo que los dioses me dictan.
No la vi llegar.
Ahora percibo su olor: miedo.
No la veréis llegar, este es su credo.


jueves, 17 de noviembre de 2011

Una bala con nuestro nombre grabado


Ábrase la tierra y que emerja el fuego purificador,
anular y destruir, y un potro de tortura ganador.
Ruleta rusa, una señal en mi sien
de obra y pensamiento en algún lugar
una bala con nuestro nombre grabado.
Regaré mi jardín con la sangre vertida,
abonaré los campos con las vidas sesgadas
y levantaré una valla de puñales y dagas.
Grumos cuajados recorren la arena,
salpican arterias y venas los vientos de guerra.
Retumba el coliseo y los ecos en mi cabeza,
sobrevuela el cielo la negra parca
y yo me la juego a la mejor carta.
Y en estas largas noches de piedra,
oscura el alma del que miente, seca la lengua,
donde corazón y armadura suenan una.
Demasiado tiempo pasado imperfecto,
demasiado tiempo presente simple,
demasiado tiempo futuro incierto.
Noches de fría piedra atormentando
el sueño de los hombres,
sujeta la soledad con cadenas
unos miembros inmóviles.
Nadie puede huir, no puedes escapar
de esta larga noche de piedra.
El humo envilecido que oscurece el horizonte,
que nos arrebata el sol
y nos contagia esta ceguera permanente.
Ábrase la tierra que me vio nacer,
emerja el fuego y templaré mi espada,
será vuestro dolor mi coraza,
vuestras súplicas mi lanza,
vuestras lágrimas mi esperanza.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Me gusta


Me gusta el aire que te rodea,
cuchillo que corta la mañana.
Me gustan esas miradas perdidas,
las palabras entrecortadas, y esas noches largas.
Me gusta cuando ríes, me gusta cuando hablas
y el humo que se escapa de tu boca
al hacerme confidencias.

Me gusta, me gusta
todo cuánto veo en el mar
porque sigo dispuesta a navegar 
o a esperar en la arena
a que volvamos a naufragar.
Me gustan las noches en vela,
y las gotas de lluvia meciéndose en tu cabeza.

Me gusta la primavera
que te obliga a abrir la ventana,
me gustan las flores y la brisa,
el chirriar de tus brazos que ahora son ramas.
Me gusta, me gusta, me gusta
soñar despierta y quemar una nueva hoguera,
desandar lo andado, remontar el vuelo con estas alas nuevas.

Me gustan tus manos, su calma,
me gustan esos ojos negros y el calor que emanan.
Me gusta la música que suena
y el tintineo de las campanas,
las nubes blancas, las horas regaladas.
Me gusta el silencio cuando lloras, tus lágrimas.
Me gusta, me gusta incluso cuando callas.


miércoles, 9 de noviembre de 2011

¿De qué sirve el horizonte cuando no hay camino?



¿De qué sirve el horizonte cuando no hay camino?
Un foco que se apaga,
una idea que se enciende,
un paso más en esta cuerda floja
un mañana más,
un día menos,
segundos que te arrastran contracorriente.
Hombres que lloran con el miedo de un niño,
niños que matan en un juego aprendido.
Palabras vacías y retorcidas resonando en la calle
¿ a quién le importa tanta mentira?
Negro el cielo, negra la calle,
negra el alma del que huye.
Se oscureció el mar, se paró el río
pero alguien tiene lleno el bolsillo.
Si alguien piensa que puede rodearme,
atarme, moldearme o cambiarme.
Si alguien piensa que puede retenerme
tendrá mi cuerpo pero no mi mente.
Soy ese tiempo que no se ata con cadenas,
soy la palabra que te araña y que te hiere.
Me ahogan las lágrimas en este agujero,
se ata el miedo a mis dedos,
la furia galopa en mis venas,
no necesito nada creado,
suficiente adrelanina remueve este cuerpo.
¿De qué sirve el horizonte cuando no hay camino?
Atraviesan mis ojos lo opaco,
sé que está allí, más allá, en el otro lado.
Dame tu mano, déjame que te lleve
no soy otra nube en el cielo.
Soy sólo una golondrina que emigra
cuando en su corazón hace frío,
una palabra escrita en un muro,
una pluma que se mece en el viento.
Demasiados cadáveres me rodean,
¿por qué temerle a la muerte?,
me la juego todos los días a una partida de dados.
Demasiada esperanza, demasiadas almas perdidas,
demasiada guerra, demasiada sangre vertida.
Muda el alrededor en desierto agrietado,
las aguas oscuras acallan los gritos,
la noche perpetua donde el mar ya no gime,
ese tiempo en el que la inocencia se pierde.
Y todo lo que soy, cargando en mi espalda,
y lo que seré, una losa aplastando mi pecho.
Demasiado calor pero ya no existe el sol,
demasiado frío, ¡no es la luna! se ha ido,
icebergs derretidos por tormentas de arena
y la sinrazón, patrón de una nave vacía.
Un sueño, una estrella,
un nombre, un amigo,
una charla, una sonrisa,
un poema, una canción.
Un horizonte que siempre será mío,
 aunque ya no quede camino.




viernes, 4 de noviembre de 2011

Luces de neón


Luces de neón dan color a esta viñeta,
una vida que no es blanca, ni negra, ni gris.
Cuando se apagan las luces y se corre el telón,
cuando ya nadie mira, ni nadie me observa,
cuando aparto al mundo tras el cristal de la botella.
Entonces se abre este camino de piedras,
despierta del letargo toda la incorrección
y bajo de la cruz con mi palabra intransitiva.
Busco claridad tras las chispas centelleantes,
tras las estrellas fugaces que acojo en mi balcón.
Busco a esa luna marchita y esquiva,
busco un llanto en la noche que me devuelva a la vida.
Luces de neón, luz ficticia,
reclamo vacuo de este mundo para lo que ya no tiene color.
Busco a ese unicornio alado,
busco a una princesa y a un vagabundo,
busco la fuente en el desierto que calme al sediento.
Y a este mundo de corderos y lobos le digo:
que no es oro todo aquello que brilla,
que el viento arrastra las hojas pero el árbol sigue con vida,
que cuando el río fluye nos muestra el camino.
Montañas que parecen valles en tu lejanía,
horizontes desteñidos porque tu sol ha descendido.
A vosotros, a los que pierden el alma por sus poros,
a los que luchan con el corazón en la mano,
a esos que piensan, no perdéis el tiempo al hacerlo.
No surquéis ese cielo de cometas,
intranscendentales y ligeras.
No cavéis hoyos, no os enterréis en vida,
no malgastéis días en descubrir los milagros de la fe divina.
No levantéis muros, con esas piedras se construirán caminos
y ese mundo distinto que nos de cobijo.
Cuando cae la noche y brillan las luces de neón,
mientras la ciudad duerme, yo vivo.
Atrapo a vuestros demonios y los hago míos,
recorro este teatro vacío cuando termina la función.
Absorbe la luz perdida esta viñeta,
que por siempre será blanca, negra y gris.



martes, 1 de noviembre de 2011

Espejos y lápices



Se derriten mis manos con solo pensar en tocarte,
se anclan mis pies al suelo como vetustas raíces,
descansan mis ojos, ciego está el iris,
y los labios secos, y el paladar hecho grumos.
Tengo el cajón lleno de excusas, de invenciones para no verte,
pero no tengo ninguna que explique el que las use.
Tengo espejos y lápices para crear una crisis
y amantes perdidos, y una vida de tumbos.
Pierdo el sentido de lo que es y de lo que fue,
de lo que digo y contradigo
porque ni yo misma sé,
ni soy, ni estoy, ni hago, ni haré.
Me dibujé, en esta cara mustia, una sonrisa inventada,
así excuso cualquier pregunta inadecuada.
Triste mi alma, pero con la felicidad creada
ahuyento a los lobos que desean devorarme en manada.
Paseo en los jardines abandonados por el hombre,
en los desiertos abandonados por el hambre,
sofocando mi sed en el único oasis
que me depara esta praxis.
En el pasado hubiera evitado cualquier viaje,
en otro tiempo hubiese evitado los contratiempos,
pero evitar el problema creado
no conlleva a una solución a ultraje.
Se derrite mi piel con solo pronunciar tu nombre,
con sólo soñar tus ojos,
solamente imaginado tu cuerpo
amaso otro mundo y lo escondo en un sobre.
Tengo cristales rotos, demasiado frío,
y una mente llena de miedo.
Tengo rosas y vino 
que ahogan en mi garganta los gritos.
Pierdo el tiempo de lo que es y de lo que fue,
de lo que vivo e imagino,
porque ni yo misma sé,
ni soy, ni estoy, ni hago, ni haré.
Me pinté una metáfora en el cielo
para no tener que volver a pisar el suelo,
y escapar de esas vengativas hienas
que me marcaron como diana.
Quiero estar sola,
que nada ni nadie se atreva.
Que se detenga el mundo
mientras cierro esta puerta.
Pasearé en los jardines abandonados por el hombre,
en los desiertos abandonados por el hambre,
sofocando mi sed en el único oasis
que me depara esta praxis.