sábado, 9 de julio de 2011

In vino Veritas

Este es el título de la última novela del escritor gallego Francisco Castro. Con dureza, o no, aborda el mundo televisivo que hoy inunda nuestras pantallas: pseudofamosos venidos a menos, que víctimas de la reconversión, ahora se dedican al periodismo. Supongo que tanto en la Facultad de Periodismo como en la de Ciencias de la Información estarán que trinan al comprobar que el intrusismo profesional está alcanzando cotas insospechadas. Porque lo que se está haciendo en este país, perdónenme que les diga, no es periodismo ni farrapo de gaitas. Esto es cotileo puro y duro, del que llevan siglos haciendo las "marujas" en la tienda de la esquina, del que crece en los mentireros de barrio y que se alimenta en la barra del bar, de la taberna mugrienta de nuestros pueblos. Investigación quieren llamarle, a apostarse en un altillo cámara en mano con un objetivo tan largo que ya quisieran para ellos los francotiradores de cualquier guerra; a revolver en los cubos de basura en busca de cualquier información que poder vender al mejor postor. Pero lo peor de todo esto, es que toda esta mierda se vende; obviamente por eso la programación está inundada de esta basura. Claro que la culpa es nuestra, y luego que se creían: estamos tan vacíos, tan huecos que cualquier cosa es mejor que aferrarnos a esta puta vida que es la nuestra, que nadie nos ha preguntado si queremos vivir, o dejar de hacerlo. Nos hace crecer y sonreir ver las desgracias ajenas, el dolor compartido parece que es divertido, que nos aleja de esta pestilencia que tenemos debajo de nuestras posaderas y no queremos ver. Me encanta el vino, de siempre, porque en él encuentro lo que no soy capaz de ver en todo lo que me rodea: esa imagen y ese cuerpo lleno de sabiduría. Que me hace viajar y soñar, que consigue que le preste atención a todo lo que me cuenta. Es aprender, supongo, a poner fino el oído y dejar que los taninos, que navegan en su interior, te hagan partícipe de todos sus secretos. Un elixir con vida propia, con más vida que cualquiera que nosotros. Cuánta razón tienes Francisco, in vino veritas.

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