Cuando ya nadie queda en el barco, la música sigue sonando. El compás de los violines mece el agua que entra a babor intentando acallar los gritos de la noche. Pero en cambio, allí, en el salón de baile reina la paz. ¿Qué nos empuja a aceptar la muerte pudiendo salvarnos? Siempre quise creer que era obediencia ciega, y sin embargo la ciega era yo. ¿ Acaso no escogeríamos hacerlo de la manera más grata posible? Cuántas veces libramos batallas sabedores de que perderemos, y aún así, acudimos a ellas. ¿Para que habemos de castigarnos con tanto sufrimiento?, quizá la mejor opción es rendirse a lo inevitable.
Puede ser...
Me enorgullezco de todas esas gentes que viven su vida como quieren vivirla, pero sobre todo, que deciden como entregarse a la muerte,
¿Quiénes somos para decirles que están equivocados?
La muerte forma parte de la vida, es la otra cara de la misma moneda.
ResponderEliminarCada uno de nostros tiene el legítimo derecho a vivir como piensa, cree o siente, por lo tanto, también a elegir su forma de morir.
Muy buen ejemplo el de los músicos del Titanic y muy buena pieza musical, Fini. Enhorabuena, Fini.
Un beso.
Precioso!! La primera vez que vi Titanic fue esta escena la que me hizo llorar. Cuándo le tocó la hora a Jack..ya no tenía lágrimas. Qué puede ser más poético que morir así. ¡Pura poesía!!
ResponderEliminarBesiños.