Agua que corres, tú me alimentas,
unión umbilical a la profundidad de tu ser,
se me antojan caricias
tus idas,
tus venidas.
Y en mi corazón, ese trozo de madera
que soy,
que da vida el viento
que se cuela en mis adentros.
Subo hasta el cielo
intentando alcanzar la luz,
siervo, por siempre,
de los dedos de un genio.
Veo llegar el final con prontitud,
más no será el final
sino un nuevo comienzo,
lo sé.
Perderé mis entrañas,
arrancarán este corazón de madera
y os entregaré mi alma,
alma de agua y viento.
Mutilados mis miembros
descansará mi cuerpo al sol,
así es el destino,
para ello he nacido.
Me entregaré victorioso a la muerte
que me persigue en mis sueños,
más no será el final
sino un nuevo comienzo.
Muy bello Fini y la elección musical un gran acompañamiento. Me lo apuntaré para mi próximo post poético.
ResponderEliminarPrecioso, Fini. Me encanta.
ResponderEliminar¡Muchas felicidades!.
Un saludo.