Hoy es un día importante, se ha montado una timba de póker en el Congreso, y nadie nos ha invitado. Vamos, lo normal en estos casos. Hay demasiado en juego como para permitirse el lujo de dejar participar a unos pobres infelices como nosotros, que ya no nos queda nada por apostar, a no ser que nos permitan usar como fichas, nuestras propias vidas. Empieza la partida, y nuestro gobierno, que ha ido desgastando su poder a base de faroles, se está quedando sin líquido. No es la primera vez que la banca le advierte que en este juego, la casa nunca pierde, pero lleva tiempo haciendo caso omiso de las advertencias. Pero hoy es distinto, lleva fraguando en su cabeza un plan para dirigir el juego. Se ha hecho con un apoyo desde fuera, otro con quién repartirá las ganancias, si le ayuda a llevar a buen puerto este barco semihundido. Desde luego, son los más hachas, los mejores, sin duda alguna, sino nadie se explica que se atrevan a utilizar este método tan viejo para llevarnos al huerto. Un juego dentro de otro, unos trileros jugando al póker. Sólo me pregunto cómo los sindicatos se han prestado a ser el gancho de estos impresentables, de estos degenerados a los que ya no sé, que mierda les importa. Siento parecer tan idiota, pero a veces necesito creer en cuentos de hadas. Sobre todo me gusta pensar en aquel que nos contaban de pequeños, aquel en el que unos sindicatos peleaban y luchaban para quitarles a los ricos y entregárselo a los pobres. Pero claro, en mi ingenuidad, se me olvidó que sólo eran cuentos para niños. A nuestros padres se les olvidó mencionar, que son el lobo de quién no nos debemos fiar cuando vamos por el bosque, porque nosotros tenemos esa abuelita que quieren merendarse.
La suerte está echada, a la próxima generación nos enterraran sin haber disfrutado de nuestro merecido descanso, porque estos criminales sindicados nos han vendido. Si, el pastel tiene que ser muy gordo para hacernos creer que conseguirán endurecer la ley del despido.
Pero bueno, eso será otra partida, y como de costumbre tampoco tendremos fichas.
U.G.T y C.C.O.O. son las putas (con perdón a las damas de compañía) del gobierno español. Un olmo nunca dará peras por mucho que nos empeñemos en pedírselas. Vivimos en el capitalismo, sistema que tiene al dinero como el único Dios verdadero. Todo gira alrededor o, mejor dicho, pretenden que así sea, porque yo (y otros tantos como yo) me niego a someterme a cualquier forma de poder.
ResponderEliminarEs un ejercicio repugnante comprobar la pasividad de esas mierdas secas llamadas sindicatos, ante una crisis que, oficialmente, dura ya cuatro años. Nuestros hermanos griegos llevan actualemnte, si no me engaña la memoria, cinco huelgas generales a sus espaldas. Mientras tanto, nostros, aplaudiendo o discrepando el Balón de Oro a Messi.
He tenido varios conflictos laborales lo suficientemente relevantes como para acudir a esos portavocillos de los obreros y, a pesar de haberme ganado los pleitos que han mantenido en mi nombre, debo decir que son una panda de vendidos. Doy fe de ello, ciertas cosas no se olvidan.
Me avergüenzo de los políticos españoles cuyo objetivo es representarme. Me dan asco.
¿Era exactamente ésto lo que perseguía Pablo Iglesias?.
Un abrazo enorme.
No, no creo y tengo claro que tampoco querían esto todos aquellos que se dejaron la vida para que hoy tuviésemos estos derechos. Sigo defendiendo que en este país sólo nos gusta lo prohibido...que vuelvan a prohibir el derecho a huelga, y como locos volveremos a salir a la calle a correr delante de los grises.
ResponderEliminarotro abrazo para ti:)