Hace más de dos mil años, Ovidio, ya tenía claro, que la humanidad necesitaba de un tratado sobre el amor. En tres capítulos, dos dirigidos a los hombres y uno para las mujeres, describe con todo lujo de detalles todo lo que ha de hacer el amante que quiera ser correspondido. Lo curioso de esto, es que tanto tiempo después podríamos seguir aplicando estas directrices porque su contenido es totalmente actual. Es más, incluso sus propuestas para ligar, bien se podrían comparar con los reportajes que salen en las revistas dirigidas tanto al público masculino como femenino, y que todos hemos leído en alguna ocasión. Aunque ya hace un tiempo que lo leí, estos días echándole un vistazo me he dado cuenta, que en lo básico recomienda lo mismo a las féminas y a los caballeros, y me ha hecho gracia, porque esto refrendaría mi teoría de que a pesar de todas nuestras diferencias, todos buscamos lo mismo.
Lo primero que nos recomienda el escritor es que salgamos: a pasear por la plaza, por el mercado, acudir a los festejos y al circo siempre que sea posible. El presentarse siempre bien aseado y bien vestido es la segunda recomendación, pues dice que es primordial no provocar rechazo en la persona deseada. A partir de aquí comenzaría lo que vulgarmente conocemos como "acoso y derribo". Nos indica que debemos conquistar primero al sirviente o esclavo que lo acompañe para facilitar así el acercamiento. Como por fortuna ya no tenemos esclavos, pensadlo ¿ a quién recurrimos entonces? por supuesto a su mejor amig@. Una vez se produce el ansiado contacto, Ovidio nos advierte que el trabajo de conquistar es arduo, pero que no desistamos porque cuánto más nos difícil sea conseguirl@, más disfrutaremos una vez hayamos finalizado. Apunta que no sintamos vergüenza a mostrar nuestros sentimientos en público, unas pequeñas lagrimillas en el momento acertado, son más puntos a nuestro favor. A los hombres, literalmente les dice que no sientan ningún tipo de remordimiento si tienen que "arrastrarse" y a nosotras nos induce a que seamos duras, que no nos dejemos convencer a la primera de cambio. Por los dioses, que han pasado dos milenios y seguimos jugando a lo mismo, y por más que quiero, no puedo dejar de reír a medida que sigo leyendo.
La segunda parte del poema, nos enseña la parte más difícil del amor; mantener de por vida el amor que tanto hemos ansiado, y por él que tanto hemos luchado.
Supongo que en esta parte, da igual los consejos que nos den, incluso leyendo el texto, cada cuál podría hacer su interpretación. Siempre se nos dan las mismas pautas, pero estoy convencida de que no existe una fórmula mágica: sólo, que las dos personas en cuestión, estén decididas a que funcione.
Para finalizar me gustaría hacerlo, con un pequeño fragmento de esta obra maestra: seguid su consejo, o al menos intentadlo, merecerá la pena.
Si hay algo que merezca confianza,
son los consejos de mi tratado, fruto de una larga experiencia;
nuestros versos no defraudarán vuestra confianza.
¡Que la mujer sienta el placer de Venus penetrarla
hasta lo más profundo de su ser, y que el goce sea igual
para su amante que para ella! ¡Que las conversaciones amorosas
y los dulces murmullos no se interrumpan jamás,
y que las palabras lascivas encuentren un lugar entre
vuestros juegos! "
Hola, Fini.
ResponderEliminarWat The Dog es el título original de Cortina de Humo. Muy buen ejemplo, sí señora. Hay que desviar la atención una vez ha salido a la luz cierta información contraproducente para el sistema.
Existe en el derecho una máxima que dice: "No basta con saberlo, hay que probarlo". Gracias a Assange hemos pasado de la sospecha e, incluso, de saber, a la constatación, a tener pruebas. Una "democracia" como la que nos venden, no puede permitirse semejante ejercicio de libertad de expresión; demasiados intereses en juego. Van a por él. Vergonzoso.
¡Qué casualidad!, llevo un tiempo detrás del Ars Amandi; me lo recomendaron hace tela. Deespués de las reseñas que has colgado me hago con él seguro.
Un besito.