martes, 2 de agosto de 2011

MAGIA

Sucede la tormenta a la calma que inventa mi cabeza.
Sucede la noche al día que transita entre la niebla.
Sucede el llanto a la risa en esta vida de cadenas.
Desciendo al infierno cada mañana
en busca de calor para este corazón tan frío,
que ya no siente nada.
Asciende como el humo mi alma
en busca de otro cuerpo
al que no mortifiquen sus yagas.
Pero sucede al tiempo pasado el tiempo sin fecha,
donde no existe presente,
donde futuro ya no se escribe.
Y agazapada cada noche en mi tejado
sucede el mundo de cartón,
sólo somos títeres en este pequeño guiñol.
Sucede al claro una nube
y me subo a ella porque necesito ver el sol.
Sólo él me da la vida. Sólo él me da el calor.
Porque cada palabra que ahora no digo
mañana será una estrella,
que perdida, se ahogará en el mar de cristal.
Ya no quedan peldaños en esta escalera,
se han desgastado de tanto subir y bajar.
Esperaré una chistera que me quiera albergar.









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